sábado, 9 de mayo de 2015

TP1 - Investigando sobre los mecanismos

Como en la entrada anterior mencioné que uno de los puntos más importantes que me quedaba por resolver era el de los mecanimos, puse manos a la obra. Hubo tres preceptos de Mamëll que sentí que debía respetar para continuar con la identidad de la marca:

-Los materiales: madera, resortes de metal, acrílicos.

-La producción: a mano.

-El tiempo de producción: el menor posible, piezas que se logren con pocas intervenciones.

En resumen, tenían que ser mecanismos de madera que se puedan realizar a mano en el menor tiempo posible.

Empecemos.

DISPARADOR DEL TANQUE

Esferas de madera: Esto me iba a definir el resto de las dimensiones, por eso fue lo primero que necesité. Tuve que llamar a muchos lugares antes de encontrarlas por menor en la librería artística de Av. Scalabrini Ortiz 1828. Había de 25mm y 28mm de diámetro, opté por estas últimas. Las pinté de rojo para seguir con la aplicación cromática de Mamëll.

Resorte: Teniendo en cuenta las dimensiones sobre las que debía trabajar (mi intención era no superar el diámetro de la esfera para que la caja contenedora del mecanismo no fuese muy grande con respecto a ella) me puse a probar con varios grosores de alambre y diámetros de giro. Concluí que a mayor grosor de alambre, mayor elasticidad y a mayor diámetro de giro mayor es la diferencia entre el resorte comprimido y estirado. El mejor resultado fue en un diámetro de 30mm (tapa de boligoma), logrando una diferencia del doble entre las 2 posiciones. 







Como resultaba gigante, tuve que reducirlo a 20mm de diámetro (mango de batidor de cocina), consiguiendo que se estire un 50%. Lo siguiente fue definir el largo. Por el impulso que necesitaba darle a la pelota y nuevamente pensando en que la dimensión final sea armoniosa, lo hice de 8,5cm.

Eje y traba: El eje es de una varilla de madera de 4mm que entraba en el agujero que traía por default la esfera. Mide 10cm de largo para dejar espacio a la caja contenedora del mecanismo. En el final adherí una traba de madera que además funcionaría como impulsor de la pelota. Me ocupé de que estuviese ortogonal a todo lo demás y de que cabiera en la envolvente.

Hasta acá, sin pegar (auspicia El Pulpito, recomendado por Pablo de Mamëll) tenía esto:



Caja contenedora: Es un prisma rectangular de base cuadrada de 14cm de largo y 3cm de ancho. El largo responde a la distancia del resorte estirado y a una esfera de madera que debe colocarse en contacto con el impulsor. El ancho responde al cuadrado envolvente de la espera dejando unos mm de más para que no se trabe el impulsor. Lo primero fue hacerle 2 agujeros: 1 en la parte inferior, para poner un tornillo con arandela que permita que el mecanimo, a pesar de estar empotrado, tenga un giro de 360º; el otro en el lateral cuadrado, por donde pasa el eje del resorte. Siguiendo con la confección, decidí hacerlo sin tapa superior para que pueda verse el mecanismo. Lo que ocurría era lo siguiente:













Siendo así, opté por ponerle unas guías en los laterales para evitar que uno pueda sacar el resorte y aún pueda seguir viendo el accionamiento (caigo en la cuenta de que al momento de dibujar el tanque hice las 2 guías superiores, pero como no sabía por qué, supongo que por haber visto anteriomente algo parecido e inconcientemente replicarlo en el dibujo, quise probar cuál era su función). Bueno, dejando de lado esto, lo siguiente fue que teniendo la base del contenedor en paralelo al piso, luego de colocar la espera que serviría de proyectil, se caía. Por eso, tuve que inclinar el plano unos 2 o 3º, de forma tal que el proyectil acompañe siempre el movimiento del impulsor. 




















Conclusión: Realmente no lleva mucho tiempo de producción una vez que ya está parametrizado el proceso y las medidas.

Me queda por resolver: Definir si debo empotrar el resorte en la caja contenedora. Me gustaría hacerlo, es un poco complicado si pienso resolverlo solo con pegamento. Tendría que pensar un poco más de qué manera. Por otro lado, convendría encastrar al resto de la estructura la tapa por donde sale el eje del resorte. Tuve que pegarla varias veces para que no se salga por la presión.

Lo más importante es que funciona y tira lejos.



PUERTA DE DESCARGA

La idea original era un mecanismo con botón de accionamiento (imitando el botón de la cámara de Mamëll), el cual a mi parecer demandaría más tiempo de producción por la complejidad del proceso (de hecho, el compañero que tuvo que hacerme la devolución me aconsejó simplificarlo con alguna trabita). Por las dudas lo intenté y dejo acá cómo sería:

Opción original

Botón: Debe tener 2 diámetros para quedar contenido dentro de la caja y no atravesar la pared lateral. La forma más sencilla fue pegando entre sí 2 varillas de madera de diferente diámetro (la más angosta será la de accionamiento). Pero esto no me resulta del todo seguro, no creo que sea durable en el tiempo. Lo mejor será que uno encastre en el otro, que sea la misma pieza rebajada en una parte, o que se unan por medio de un tarugo. Dejando de lado este inconveniente, debe tener un orificio lateral donde encastrará otra varilla que será la que sujete la puerta del mecanismo. (Foto + Paint)









Resorte: Debe contraerse por acción del botón, así que su diámetro de giro no puede ser superior a este. 

Traba: Debe estar adherida a la compuerta móvil de la puerta de descarga y deberá poseer un espacio hueco para que ingrese la varilla de sujeción. (Foto + Paint)













Puerta móvil: Unida a la estructura por medio de una bisagra que se encuentra en el exterior de la caja (esto porque permitía una apertura mayor a la que brinda la colocación interior). La puerta debe estar levemente separada en el extremo donde no está la bisagra (el que se "despega" de la caja) para permitir que se abra, caso contrario quedaba sujeta borde con borde (en la foto de arriba se ve la separación, es la línea a la derecha de la primer flecha roja). Su dimensión depende exclusivamente del paso del proyectil (esfera de 28mm). 












Opción con base en recomendación de compañero:

Puerta móvil: Idem opción original.

Traba: Es una varilla de madera de diámetro 8mm (ancho para que su accionamiento sea sensillo). Está sujeta a la caja del mecanismo por medio de una tuerca con arandela para permitir su giro y la superficie que evita el desplazamiento de la puerta móvil es chica, de forma tal que no se necesite mucho giro para permitir su caída.








¡Funciona!














Conclusión: Esta última opción es más rápida en su producción. Estéticamente prefiero la opción original. No se qué pesa más, si la estética o el poco tiempo invertido.

Me queda por resolver: Desde dónde se cargará el contenedor de pelotas. Se me ocurre que puede ser desde la parte superior del avión, cayendo en la caja hueca del mecanismo. 

Me traba: No estoy segura del producto en sí. Me parece que la lectura de un avión de guerra no opone tanto a la no violencia como lo hace un tanque o lo haría una escopeta. Me parece porque existen aviones comerciales, y si uno mira mi producto (desconociendo que posee un compartimiento que guarda "misiles") puede no ver la oposición. 

Por esto estoy pensando si no conviene reemplazarlo por una escopeta con algún sistema de disparo parecido a una resortera:









jueves, 7 de mayo de 2015

TP1 - Análisis de producto

Hace 1 mes aproximadamente lanzaron un nuevo TP en la cátedra: Análisis del producto. Dividieron al grupo en 3 estudios y me asignaron trabajar con Mamëll. Para empezar, la idea era que hagamos el proceso inverso, y en base al producto icónico de ellos, podamos armar su programa de diseño. Investigando lo que hacían, decidimos que el producto sobre el que íbamos a trabajar era el Constructor 1.0 y en base a lo que percibimos hicimos esto:


























Hasta acá todo buenísimo. Mamëll hace juguetes constructivos de madera. Los hace a mano. A MANO. Listo, amor. Aguante Mamëll. Solo podía pensar: "madera + a mano = lijar, herramientas, aserrín = diversión". Bueno, no. Duró poco tanta felicidad y poco a poco empezó el caos.

La cosa se complicó cuando me asignaron un condicionante que debía atravesar todo el programa de diseño y modificarlo. Me tocó OPUESTO. Acto siguiente, proponen un esquicio para dibujar un nuevo producto con lo que nos disparara esa palabra y me pongo a trabajar.... 

5 minutos: nada. 
10 minutos: nada. 
15 minutos: ¿qué es opuesto?. 
20 minutos: NADA.
25 minutos: empiezo a sospechar que mi imaginación no funciona y es lo peor que me pasó en la vida. 
30 minutos: ¿y si me opongo a lo caro que sale? 
35 minutos: reciclaje.
40 minutos: encastres de picos de botella. 
45 minutos: piezas de cartón, miles de piezas de cartón! que cada uno haga sus bloques.

Listo, no llegué a dibujar nada pero en mi mundo imaginario lo había conseguido y tenía una idea grandiosa. Nos juntan a todos para que expongamos los dibujos que habíamos hecho y se viene la pregunta: ¿quién no llegó a plasmar nada en papel?. Levanté la mano. 
"Contanos, ¿qué hiciste?". "Bueno, tengo un concepto: hacer piezas de cartón para que cada uno pueda hacerse la cantidad de bloques que quiera". "¿Y a qué te oponés?". "Al material (¿?)". "¿Y cómo te oponés al material?". "... (recalculando)... bueno... entonces no tengo nada =)".

Ahora que lo escribo creo que mi problema fue haber contestado mal la pregunta. Digo, si arriba a los 30 minutos dije que me oponía a lo caro que salía el Constructor, ¿por qué les dije al material?. Evidentemente no estaba segura de nada.

Y acá empezó señores el momento del pánico. Dejé de hablar para siempre. Mis sentidos se agudizaron porque sentía que estaba PERDIDÍSIMA y necesitaba escuchar y anotar TODO. En mi cabeza, perder el ritmo era lo peor que me podía pasar.

Siguiente clase, un poco más tranquila, llevo 3 propuestas con oposiciones simples. 
























La devolución grupal en resumen fue que nos estábamos oponiendo de forma muy obvia y debíamos darle una vuelta más de rosca. Nos aconsejaron agarrar cada uno de los condicionantes del programa de diseño, preguntarnos qué es y cuestionarlo 5 veces más con un por qué. La idea era que nos demos cuenta de cuáles nos ayudaban a diseñar, cuáles no, y describamos un poco más cada uno. Sobretodo porque la clase siguiente era la pre entrega y teníamos que estar más o menos orientados. Lo hice, todo consejo era bueno.





PRE ENTREGA

Al horno y con papas fritas. Teníamos que llevar 3 propuestas nuevas y 3 maquetas de estudio que sirvieran para comprender o mostrar algo que con el dibujo no íbamos a poder. Lo que más tiempo me llevó fue decidir qué propuestas hacer, porque realmente estaba muy perdida. No se me caía una idea. 

Finalmente el cuadro de arriba ayudó bastante y después de mucho debate, siendo ya domingo 23hs, decidí oponerme a alguno de los simbolismos de Mamëll. No al que estaba escrito en el programa (el cual debiera modificar) sino a lo que para mí Mamëll representa:

Juego sano. Volver a jugar con la imaginación. Volver al pasado, cuando no necesitábamos tecnología para pasarla bien y una caja de cartón se convertía en auto y el placard se convertía en kiosco. Un mundo donde poco es un montón de cosas, dependiendo de quién lo mire. Pero sobretodo sano. Sin violencia. Sin incentivar la violencia.

Y con eso más o menos fui. Hice otras 3 propuestas: una contra lo sano, otra contra lo sustentable (representando lo NO sustentable con electrónica) y la tercera (buscando una alternativa distinta) contra la construcción. En todas, además de oponerme a lo descripto, me opuse a otros condicionantes como morfología y proceso productivo. No pude justificarlas bien porque no llegué a plasmar en papel todo lo que tenía en la cabeza y tampoco hice a tiempo de hacer alguna maqueta (voy a omitir todo comentario autodestructivo al respecto). 





































Al final de la clase tiraron otro consejo: aprovechar la identidad de la empresa. Con ese dato y con la ayuda de Pettinato (que anoche en su programa tiró la frase "juguetes peligrosos") resolví hacer propuestas nuevas manteniendo la morfología y colorimetría de Mamëll y modificando únicamente lo simbólico, enfocado en la oposición del juego sano que no fomenta la violencia.










De estas 4 ideas, elegí 2:

"Destruyendo la ciudad"
Piezas encastrables para que el usuario pueda armar su avión según desee su imaginación. Permite crear una ciudad para destruir. Posee un cuerpo principal hueco, donde se colocan las bombas. Al accionar el botón, la compuerta se abre dejando caer el misil sobre las construcciones. 



"Guerra de tanques"
Piezas encastrables para que el usuario pueda armar su propio tanque según desee su imaginación. Posee piezas para 2 jugadores. Incluye un disparador con resorte, que al hacer palanca dispara los proyectiles. La pieza principal permite un giro de 360º para apuntar en cualquier dirección y destruir al oponente. 



¿Cómo estoy ahora?

1- Descubrí que mi cabeza funciona de forma muy lógica y me cuesta mucho imaginar sin tener adónde ir, la consigna tan abierta en vez de ayudarme me marea. Busco un montón de caminos alternativos y termino más confundida que antes. Cuestionar cada condicionante fue lo que más me sirvió, lo que me abrió el juego, me orientó y siento que aún falta otro tanto.

2- Por resolver quedan un montón de cosas, pero en donde veo mayor desafío es en el mecanismo de accionamiento. El resto sería definir las dimensiones, para lo cual necesitaría una maqueta de estudio y la cantidad de piezas.

3- Que me trabe ahora no estoy segura. Quizá ayer estaba más trabada que hoy, pero siento haber definido a dónde quiero llevar este proyecto y eso me da más seguridad. Me trabó no saber a qué oponerme o cómo. Pero después de escribir bastante sobre los condicionantes y de definir lo que para mí era Mamëll, se aclaró un poco el camino y me siento representada con la propuesta (aunque como ya pasó, puedo estar equivocada). Lo averiguaremos en el próximo capítulo.
4- Estoy en la instancia de definición. Quisiera poder elegir el producto final. Creo que me motiva más saber que falta poco para meter las manos en la masa y poder concretarlo.

5- Me gusta la idea de que el usuario accione un mecanismo. Quizá la forma podría ser otra, o el producto distinto, respetando la función.